Uso de tecnologías lúdicas dirigidas a personas mayores: Y tú … ¿te atreves?.
Notas de Viaje por Covadonga Fueyo
La experiencia acumulada a lo largo de las casi veinte jornadas del proyecto “Y tú, ¿te atreves?”, impulsado por la Fundación CTIC con el apoyo del Gobierno del Principado de Asturias, nos ha aportado ciertos datos relevantes y reveladores en cuanto a la actitud de nuestros mayores ante las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente en usos más populares.
Existen pautas de comportamiento y reacciones que se reproducen de forma recurrente, trazando, de alguna manera, los rasgos que definen al asturiano y asturiana de cierta edad, usuarios de los Centros Sociales de Personas Mayores de nuestra geografía.
Si de diferentes géneros debiéramos hablar, es acertado afirmar que, en general, las mujeres se muestran menos tímidas y más dispuestas a probar los dispositivos digitales, y es que los “paisanos” pueden ser en principio algo reticentes a lo desconocido, aunque basta que un amigo o conocido se muestre interesado en cualquier aplicación para que éste se una a la actividad, dispuesto a enmendarle la plana con la típica socarronería asturiana: “Anda, déjame a mí, que tú vas rompelo”.
De entre los tres tipos de dispositivos que “Y tú, ¿te atreves?”, auténtica “biblioteca digital ambulante” pone a disposición de los usuarios de los centros sociales del Principado, los Ipad o tabletas electrónicas copan, por su versatilidad, plasticidad y facilidad de manejo, el protagonismo de las sesiones de este proyecto. Son ellas, en concreto en su aplicación de Google Earth, las encargadas de “enganchar” incluso a los más indecisos, que enseguida se animan a buscar su barrio, su casa, el “terrenín” que era de sus abuelos, o se disponen a “pasear” virtualmente por las ciudades que conocieron en algún viaje, o las que les acogieron durante los años de emigración.
Es entonces cuando pasamos del “Ay, fía, yo eses coses no les entiendo”, del “Madre, yo ye que tengo los dedones muy grandes pa eso, igual lo rompo” o del “Pero si yo no soy capaz ni de leer los mensajes del móvil” a manejar la aplicación con soltura e interés. Es reseñable el caso de una señora que se reconoció a sí misma, asomada a la ventana de su casa “esperando a que llegara el mi home a comer”.
A partir de ahí juegos de memoria, partidas de ajedrez o solitarios se entremezclan con la lectura de los diarios, o la búsqueda en la red de los datos referentes al concejo de residencia.
Incluso nuestros mayores aquejados de problemas de movilidad, visión o audición son sensibles a las actividades de música, coordinación y dibujo que ofrece este dispositivo, invitando los buenos resultados que se obtienen de inmediato a la práctica, y con ello a la socialización y a un aumento de la autoestima: todos los residentes de centros de día salen con una sonrisa de estas sesiones. (Ver estudio: videojuegos y personas mayores)
En cuanto a las consolas portátiles, de uso más tendente a la individualidad, son acogidas con interés, y apropiadas para el ya iniciado, de carácter más reflexivo… pero es evidente que el asturiano es dado al intercambio social y a la conversación, y le atraen preferentemente aquellas actividades que pueda compartir…es el caso de la consola de sobremesa, que a estas alturas va pidiendo ya una versión autóctona del juego de los bolos, el más popular: sería conveniente solicitar un bolo palma o de cuatreada para la Wii…
Hombres, mujeres, todos se animan a probar el mando “mágico”, a echar partidos y casi “mini liguillas”, y a picarse entre ellos con la forma de tirar, como si de una bolera cualquiera de las de toda la vida se tratara. Una vez hecho esto, todo es probar deportes que nunca antes habían practicado, como el tenis o el golf, arrancando más de una carcajada la aplicación de boxeo, que permite “desahogar” e ir relajado para casa. Asimismo, la facilidad de manejo de esta consola y el hecho de que no ofrezca resistencia ni peso la hacen muy adecuada a personas debilitadas o aquejadas de algún síndrome de deterioro, permitiéndoles revivir años mozos.
En resumen, los asturianos (y sobre todo las asturianas) sí se atreven, y una vez que lo hacen es difícil separarlos de estos dispositivos, que saben hacer suyos mostrando preferencia por sus usos más sociales y propicios a la convivencia, o aquellos que les permitan echar un vistazo a su tierrina, aunque sea desde el aire.
Y si quieren saber más de estas notas de viaje, o son mayores que pasan por los centros sociales de personas mayores del Principado de Asturias, o tienen que esperar a la segunda entrega de Covadonga Fueyo