El pollo que comemos en Navidad...

Por Navidad a veces escuchamos cosas del tipo:

  • Buff,.. ¡¡ Cuántas cenas y comidas !!.  Que si las de familia, las de empresa, las de los amigos… cuando lo escucho no me queda claro si son eventos y momentos que se disfrutan o son compromisos que se sufren. No me queda claro el mensaje. A veces los escucho con sufrimiento. Como si hubiera una ausencia de libertad para elegir dónde ir y con quién. ¡ Qué lástima!. Otros no tienen esa elección.
  • ¡¡ Qué gran preocupación !! No sé qué poner para cenar, no sé qué cocinar en Navidad !! Pedazo de dilema. Otros sí saben lo que cenarán en Nochebuena.

Estamos en una época de despertar la sensibilidad e informar de las desigualdades que hay en el mundo para provocar la acción.  Los famosos salen en anuncios y nos invitan a participar en una donación, adopción de niños, envío de juguetes,…Es fundamental y ojalá la respuesta sea lo suficientemente intensa como para resolver o aminorar los problemas.

Pero, estas campañas también nos deberían ayudar a valorar lo que cada uno tiene. Incluso estando la situación tremendamente complicada «en el primer mundo» , una parte de la población vive en unas condiciones de bienestar inimaginables en otras partes del planeta,  y parece que se nos olvida reiteradamente. Seguro que todos/as identificáis a gente cercana que teniendo un contexto de abundancia, su actitud «quejosa» no le permite disfrutar de su entorno, de sus amistades, de sus comidas, de los pequeños placeres, no sabiendo casi ni identificarlos… Cuando me encuentro con estas «figuras», intento desprendermente rápido porque son «lastres emocionales» y pueden»contagiar». Si puedo, los dejo pasar hasta encontrar otra actitud.

Aquí veremos otra realidad, otra forma de comer pollo, otra forma de compartir una mesa y unos alimentos y posiblemente cada uno verá cosas diferentes, o quizás alguno tampoco quiera ni verlas

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    3 respuestas a “El pollo que comemos en Navidad…”

    1. Lo paré en el cubo de basura… en Cochabamba, Bolivia, algunas mujeres se acercaban a la mesa con una pequeña olla para aprovechar los restos de comida que habías dejado en el plato… Realmente es un vídeo duro pero real… para bajarnos de la nube en la que nos metemos a veces.

    2. Marcos dice:

      Es muy impactante y siempre que llegan estas fechas de celebraciones con abusos gastronómicos, algunos pensamos que se pierde el sentido práctico y humano de las cosas desfigurado por esta sociedad de consumo en la que vivimos. Un auténtica pena.

    3. paco prieto dice:

      Hola Fernanda y Marcos,
      La verdad que el video es duro, pero más aún debe ser vivir en esas condiciones.
      Me llama la atención por otra parte, cómo han querido reflejar al mismo tiempo otras variables que hay en el final del video vinculadas a la unidad de la familia que participa en el mismo. Hay caras y expresiones que dicen mucho, más que el cubo de basura.
      Pero además del video, quiero poner el acento en los permanentes «agrios» que no son capaces de ver nunca lados positivos en una realidad poliédrica y compleja. Y que a veces hay avances, pero en estos momentos duros, tanto a nivel político, social e individual parece que lo fácil sólo es «dar lecciones en busca de excelencias difíciles de lograr y no realizar valoración positivia alguna respecto a logros o procesos de mejora iniciados.
      En este sentido, a veces es conveniente mirar hacia atrás y hacia los lados, (sin olvidarse de otros nortes).
      Un abrazo y gracias por vuestras aportaciones.

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