La cara amable de la Tecnología

En España hay una red de redes de Centros de Competencias Digitales que suman más de 21.500 Centros que son dinamizados por más de 1.400 profesionales que han estado al pie del cañón contribuyendo a que profesores, estudiantes, autónomos, trabajadores, agricultores, jóvenes y ciudadanía en general pudieran retomar sus actividades cotidianas a través de los canales digitales que en cada situación se fueron articulando durante la pandemia. El Plan Nacional de Competencias es la oportunidad para realizar la transformación digital desde las personas.

Día Mundial de Internet 2021: Palanca de transformación digital y resiliencia.

La crisis de la COVID-19 no sólo ha puesto de relieve el papel fundamental de Internet para conseguir dar continuidad del funcionamiento de empresas, servicios y actividades durante la pandemia, sino que también ha puesto de manifiesto las sorprendentes desigualdades digitales entre los diferentes colectivos pero también han contribuido a esa labor de resistencia y superación que denominamos resiliencia. En esta labor de resistencia y superación, desde una perspectiva local y cercana a la ciudadanía – especialmente en el entorno rural – los Centros de Competencias Digitales han desarrollado una labor silenciosa, continua, reinventándose y cercana a la población. En España hay una red de redes de Centros de Competencias Digitales que suman más de 21.500 Centros que son dinamizados por más de 1.400 profesionales que han estado al pie del cañón contribuyendo a que profesores, estudiantes, autónomos, trabajadores, agricultores, jóvenes y ciudadanía en general pudieran retomar sus actividades cotidianas a través de los canales digitales que en cada situación se fueron articulando durante la pandemia.

 

Unas semanas antes del inicio de la pandemia, estaba en Tudela presentando los resultados de un estudio que la Asociación Somos Digital había encargado a Tecnalia para analizar y proponer cómo será la transformación y evolución de los Centros de Competencias Digitales del futuro. En este estudio se presentan diferentes claves, tendencias y propuestas que el inicio de la pandemia aceleró notablemente y que fueron posible en gran medida gracias a la capacidad de resistencia, superación y adaptación que protagonizaron los dinamizadores de estas redes. De ser un servicio mayoritariamente presencial se tuvieron que reinventar en semanas para definir y prestar servicios de manera virtual mayoritariamente a personas que no estaban avezados con el uso de las tecnologías digitales, y menos aún con muchas herramientas que se usaron de forma intensiva durante este periodo.

Centros de Competencias Digitales, claves en la transición digital

La transición digital implica a muchos vectores de la sociedad. No es solo la transformación digital del tejido productivo. La administración pública y los funcionarios se tiene que transformar digitalmente. Profesores, centros educativos, la formación profesional se tiene que transformar. Pero no olvidemos la importancia que tiene lograr que las personas formen parte de esa transformación digital y adquieran las competencias digitales necesarias para formar parte de la sociedad digital. Esta necesidad de ser «competente digitalmente«, saber acceder y desenvolverse en entornos que se transforman digitalmente adquieren mayor importancia en el entorno rural. Y aquí es dónde los Centros de Competencias Digitales (CCD) generan un valor agregado increíble. Acompañar a las personas a que generen autoconfianza y autonomía, desarrollen destrezas y habilidades para participar de forma activa y sean capaces de utilizar la tecnología para un propósito personal, social o económico.

Con motivo del Día Mundial de Internet, Somos Digital organizó un webinar para compartir experiencias llevadas a cabo durante el periodo de Pandemia. Estas experiencias son un buen «catálogo» de la transformación digital que están protagonizando los Centros de Competencias Digitales. Un buen ejemplo de la diversidad de acciones que pueden llevar a cabo a partir de las necesidades que detectan en su entorno.

  • Desde el CeMIT de Vimianzo (A Coruna), Rosa y Lorena explicaron cómo articularon medidas para impulsar la hostelería local y el comercio. El CCD colaboró con el Concello en la comunicación, en la estrategia e implementación de los programas de desarrollo económico local.
  • Anunciación, en el Telecentro de Salas de los Infantes (Burgos) analizó cómo resolver problemas de diferentes entidades sociales convirtiéndose en un importante instrumento de dinamización social y cultural a través de diferentes estrategias digitales que han permitido darle continuidad a diferentes tradiciones durante el tiempo de pandemia.
  • Olga Sotoca, desde el Punto de Inclusión Digital de la Biblioteca José Hierro (Talavera de la Reina) nos mostró diferentes ejemplos de actividades desde un entorno que fusiona el Punto de Inclusión Digital con la Biblioteca y que habitualmente eran presenciales. Rediseñaron su programación a través de webinars y se acercaron a los «seniors» de manera virtual con actividades específicas para los mayores. Aprovecharon la pandemia para dar a conocer el servicio eBiblio que permite el préstamo gratuito de películas y libros y revistas electrónicas. También nos mostraron que es posible realizar alianzas con otras entidades como academias locales a través de las cuales promovieron el interés de la robótica entre los mas jóvenes e incluso programaron actividades en Python. Y por supuesto, aprovecharon la potencialidad de Instagram para promocionar actividades relacionadas con el Día del Libro.

María José Cambas, dinamizadora en el Espacio Digital de Zamora explicó como tuvieron que realizar un nuevo diseño de su programación de actividades desde modalidades presenciales a formatos online. Puso énfasis en la necesidad que tuvieron los dinamizadores de aprender nuevas herramientas, trabajar de manera colaborativa y desarrollar sus habilidades de comunicación hablando «a las pantallas» en vez de hablar mirando a los participantes. Compartió la importancia y al mismo tiempo la dificultad de realizar asesoramientos online a personas mayores, con diferente uso respecto al lenguaje tecnológico o cómo adaptaron su oferta formativa creando un catálogo online de autoformación que sustituía y cubría en buena medida los servicios presenciales de formación que realizaban con anterioridad a la pandemia.

  • En el Telecentro de Villagordo de Cabriel (Valencia), Tania compartió como dieron continuidad a algunas acciones formativas aplicando el protocolo COVID, trámites del ciudadano con la administración pública y aprovecharon este periodo para desarrollar una propuesta formativa y lúdica dirigida a niños y niñas de entre 8 y 13 basada en el marco europeo de competencias digitales para la ciudadanía (Digcomp). En definitiva una propuesta para que los más jóvenes – que podríamos decir que son más huérfanos digitales que nativos digitales – desarrollen sus competencias digitales y transversales fomentando el ocio digital responsable y el aprendizaje colaborativo y crítico. Tania puse también reflejó la importancia de trabajar en Red y cómo a través de la Fundación Esplai le apoyaron en el desarrollo de las actividades y programas que puso en marcha durante la pandemia.
  • Jose Manuel, desde el Centro Guadalinfo de Almodóvar del Río en Córdoba aportó diferentes reflexiones. En primer lugar la importancia de desplegar servicios de atención personalizada con una clarísima orientación para que el «cliente» = «usuario» encuentre respuesta a sus necesidades. En segundo lugar compartió un programa de trabajo dirigido a trabajadores en activo, empresarios y autónomos. Pero quizás lo más relevante de esta acción no es solo el énfasis en el colectivo destinatario, sino en la metodología de análisis de la experiencia de aprendizaje (preguntar qué se necesita antes de programar una acción formativa) y la metodología de formación, basada principalmente en formación semipresencial y aula invertida. Nuevas metodologías, priorización a otros colectivos y diseñar acciones a partir de las necesidades de los beneficiarios (empatizar y conocer antes de programar).
  • Y por último Paco Mateos, desde el Centro de Competencias Digitales de Navalmoral de la Mata en Cáceres, mostró diferentes formas de acompañar en la resiliencia de diferentes colectivos desde un Centro de Competencias Digitales. Programaron actividades para trabajadores en ERTE, acompañaron en diferentes situaciones a autónomos y emprendedores, se pusieron a disposición de otros agentes del territorio – trabajo en red desde la perspectiva local – y potenciaron el uso personalizado de asesoramiento en el uso de todo tipo de tecnologías digitales. Durante la Pandemia «sabemos que todo fue más difícil, pero la diferencia radicó en aprender a aceptar que ahora es diferente«. Y a partir de ahí, en qué herramientas digitales me puedo apoyar para obtener una oportunidad de la situación diferente que vivieron. Los aprendizajes fueron muchos y variados, pero tienen el convencimiento firme de que volverán a realizar la programación de sus servicios mayoritariamente de forma presencial y en contacto directo con las personas.

 

Plan Nacional de Competencias Digitales: la oportunidad

No son sólo estas 7 experiencias. Cada uno de los 1.400 dinamizadores que forman parte de la Asociación Somos Digital, podrían realizar aportaciones interesantes. La realidad es tozuda y la pandemia aceleró muchas de las alternativas planteadas en el Estudio sobre los Centros de Competencias Digitales del futuro: virtualización de servicios, servicios personalizados de asesoría online, certificación de competencias digitales online, atención a todo tipo colectivos (especialmente el sector productivo: autónomos, emprendedores, trabajadores por cuenta propia, agricultores, etc), dinamización cultural y social del territorio, etc.

Adicionalmente a esta realidad se detecta un momento de oportunidad muy relevante en el marco de las Competencias Digitales. En este momento, las propuestas procedentes de Europa a través del marco Digcomp podrían resultar fortalecidas por el Plan Nacional de Competencias Digitales, así como el Libro Blanco de Ametic para el desarrollo de Competencias Digitales. Ambos documentos son muy interesantes, son muy oportunos pero en mi opinión (no solicitada) no están poniendo en valor suficiente la oportunidad que pueden representar el aprovechamiento de las Redes de Centros de Competencias Digitales con su experiencia, cercanía al territorio, conocimiento de trabajo colaborativo y en red y el compromiso de los más de 1.400 dinamizadores.

 

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